A pesar de que tanto los Yorkies como los Malteses tienen pelajes considerados hipoalergénicos, los Morkies no están clasificados como tales y no se debe confiar en que sean seguros para las alergias. Sin embargo, su pelaje consiste en pelo liso en lugar de pelo largo y no suele mudar. Los Morkies pueden ser completamente blancos, como los Malteses, o negros y canela como los Yorkies, pero también pueden presentarse en cualquier combinación de estos colores y en una sorprendente variedad de patrones. Al igual que con ambas razas progenitoras, el pelaje seguirá creciendo si no se corta.
Si bien a los Morkies les encanta jugar con niños mayores y se llevan bien con todos los miembros de la familia, tienden a formar un fuerte vínculo con un miembro "favorito", lo que los convierte en perros ideales para solteros y parejas. Debido a su pequeño tamaño, los Morkies son más frágiles de lo que creen y, por lo tanto, no suelen ser adecuados para familias con niños pequeños. Por seguridad, nunca se debe permitir que estos pequeños perros jueguen con niños muy pequeños o perros grandes sin una supervisión muy cercana.
También es importante entrenar a los Morkies desde pequeños para que toleren quedarse solos. Son perros muy sociables que detestan estar solos y pueden ser propensos a desarrollar ansiedad por separación. Mediante una combinación de entrenamiento, mucho ejercicio y juguetes que les proporcionen distracción y estimulación mental, los Morkies pueden adaptarse a estar solos durante algunas horas. Aun así, se desarrollan mejor en hogares donde al menos un miembro de la familia está en casa la mayor parte del tiempo.
Al igual que sus dos razas progenitoras, el pelaje del Morkie crece continuamente y requiere cepillado diario para evitar enredos. Si bien algunos dueños de mascotas permiten que el pelaje crezca, es más común mantenerlo en un corte de cachorro, lo que requiere visitas mensuales a la peluquería canina para su mantenimiento. También es importante mantener las uñas de tu Morkie recortadas y limpiarle las orejas con regularidad para prevenir infecciones.
Lo más importante que debes recordar sobre los Morkies es su fragilidad. Camina con cuidado para evitar pisarlos cuando estén bajo tus pies, y asegúrate de revisar las sillas, los cojines del sofá y debajo de las mantas antes de sentarte. Durante los paseos, utilice un arnés en lugar de un collar para evitar que la delicada tráquea se aplaste.
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